¿Es lícito y legítimo mostrar en público nuestras protestas? Sí. ¿Existen límites a la queja y desaprobación? También, los marca la legalidad y el respeto a los demás. En nuestra sociedad la libertad de expresión es un derecho fundamental y, por esta consideración, está recogido en nuestro ordenamiento jurídico, asegurando que somos personas libres e iguales. Para demostrar nuestro desacuerdo y disconformidad, utilizamos multitud de mensajes y propaganda en diversos formatos, en diferentes lugares y en determinados momentos. Cada grupo o colectivo decide qué, cómo y cuándo. Pero existe un límite y este es la utilización de los espacios públicos que son de todos y las instituciones que nos representan a todos, lo que debería suponer tener un respeto escrupuloso en lo que es común. Desde nuestro grupo municipal queremos denunciar y poner de manifiesto el descontento y preocupación que está provocando en nuestro municipio el incumplimiento de las normas y la falta de neutralidad.