Hemos estrenado nueva ordenanza de civismo y convivencia ciudadana y nadie duda de la necesidad de establecer normas y ordenanzas y que éstas se hagan cumplir.
Hay otras ordenanzas, de rango superior que emanan tanto de la Generalitat como del Estado y que debemos cumplir. Nos gusten o no.
Los ciudadanos debemos cumplirlas y los cargos públicos debemos transmitir con nuestro ejemplo la mayor actitud de cumplimiento y respeto.
Unas leyes nos gustarán más que otras. Otras nos disgustarán, pero debemos cumplirlas. No está en nuestra elección su cumplimiento y cualquier actitud contraria es, de forma lógica, sancionada.
Desde la esfera pública se debe siempre transmitir el respeto a toda ley, norma u ordenanza. No se puede, bajo ningún pretexto, fomentar la desobediencia a determinadas leyes y exigir respeto a las propias. No hay razón alguna que permita que unos cumplan con la legalidad vigente y otros no, de forma discrecional.
Solo bajo el paraguas de las leyes hay paz social, progreso y bienestar colectivo. Por tanto, es la clase política la más llamada a respetar, cumplir y hacer cumplir las leyes.
La colocación de banderas en Ayuntamientos y Diputaciones, tal y como dice la ley, debe ser por orden de importancia, es por ello que la bandera que primero se coloca es la nacional, porque su rango de importancia es superior a todas, seguida de la bandera autonómica, local y la europea.
La bandera nacional continua ausente en nuestro Ayuntamiento, contrariamente a lo que dice la ley.